Esta carta fue prohibida en 1810 por la inquisición mexicana por
mandato de los ordenadores del santo oficio Luis Carrasco y José Bárcena, quienes
condenaron la carta de falsa, sediciosa,
temeraria, revolucionaria y sofística. Su sentencia se debió a la denuncia que
hace Viscardo del gobierno de España: ha gobernado “con ingratitud, injusticia,
servidumbre y desolación […] a estas cuatro palabras se reduce la historia de
España con América” (9).
Viscardo admiraba el valor y nobleza de los primeros
conquistadores mientras que calificaba como ladrones a los siguientes
inmigrantes españoles. Por ello se consideró la carta como una sedición
compuesta con arte para sublevar y fomentar la rivalidad entre hijos y padres, entre
criollos y gachupines.

Algunas situaciones
que Viscardo reclama son, principalmente, que gran parte del sesgo de su
libertad está en la censura cultural, censurar su “mundo antiguo”, es a lo que
llama privar de la libertad personal. Otras acciones que ataca al
comportamiento de España es el hecho de que les obligan a comprar lo que
necesitan a un precio muy alto, como el hierro y acero por ejemplo, que exceden
los cien pesos, y a vender muy barato, además de entorpecerles las rutas
comerciales para que no obtengan lo que requieren.
Finalmente, ataca el criterio de la sangre, del linaje como
principal cualidad para gobernar. Esta carta es de suma importancia por el
efecto emancipador de la conciencia española americana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.