por José
Martí
Este texto es
considerado una de las mejores representaciones del ensayo del siglo XIX. Martí
lo publica en 1981, en la Revista
Ilustrada de Nueva York y en El
Partido Liberal. Sin duda es un ensayo muy vigente para nuestros tiempos. Y
está dirigido a los habitantes de América; para todos los estratos sociales,
para los nacionales y los extranjeros, para los gobernantes y para el pueblo. En
este ensayo describe la situación social y política que vivía América; hace un
llamado a los pueblos americanos para que se reconozcan y se unan; los invita a
dejar atrás las culpas y el pasado; a devolver algo bueno de todo lo que la
patria les proporcionaba; a ser agradecidos con el próximo.
Algunos habitantes se avergonzaban
de haber nacido en América porque la consideraban una tierra de indios, un país
mediocre en comparación de España o Inglaterra. Martí critica a todos aquellos
que han escrito pestes de ella, y lo hacen por la frustración que sienten de no
ser reconocidos. Asegura que cuando los españoles descubrieron este continente
no existió una batalla entre la civilización y la barbarie, sino entre la falsa
erudición y la naturaleza. Exige que haya una buena educación universitaria
para los habitantes y para los gobernantes a fin de que conozcan bien el arte
de gobernar. También cuestiona por qué tiene que venir alguien de afuera a
gobernar un país que no conocen. Martí llama a América un continente descoyuntado
porque desde la conquista se supuso que los indígenas no sabían usar la razón.
Utiliza la metáfora del tigre para referirse al sometimiento de los indígenas;
en cualquier momento pueden rebelarse y buscar matar a su opresor porque
siempre existe la forma de que el subyugado se canse de quien lo maltrata.
Toda América estaba sometida; así
como era, un país con muchas riquezas, cualquiera quería ser y tener parte en
este descubrimiento. También reconoce la discriminación que había hacia los
nativos, y hace una invitación a los pueblos americanos a reconocerse y
aceptarse; a los españoles les aconsejaba que los trataran humanamente e
intercambiaran conocimiento para así incorporarlos en las decisiones del país.
Invita a los nacionales y extranjeros a cambiar la visión que se tiene de
América y de sus habitantes, a analizar la cuestión social, política y
económica; y a los gobernantes que se instruyan para que así puedan pensar.
Existe
un discurso patriótico en todo el ensayo, donde ensalza al continente y
reprueba la forma de gobierno que se tiene. Hace un recuento de la conquista,
la colonización; habla sobre la influencia extranjera que existe en América y cómo
todos los demás países pusieron los ojos en el continente después de que fue
descubierto, porque veían en él una fuente de riquezas.