En
lo personal, la obra me pareció muy entretenida. Acompaña con el humor una crítica
al excesivo “consumismo” español de las riquezas de las indias; ya que éstas se
han convertido en sinónimo de linaje y nobleza, e incluso de virtud. Esa
situación de “tanto tienes tanto vales” se vuelve una especie de enfermedad en
la sociedad española y es muy bien representada por Quiteria, que aparece como
una mujer interesada, y Damián, que se nos muestra como un hombre pobre
disfrazado de rico; lo cual muestra la aceptación del personaje, aunque a la
mala, ya que es el único que pierde sus pertenencias, de ésa patología social,
si se le puede llamar así. Es un galán pobre, un pícaro que se sirve de su
ingenio para conseguir lo que quiere en una sociedad deteriorada moralmente.
Un
rasgo importante, es el hecho de que el estado marginal del personaje no tiene
un efecto perjudicial en su moral e integridad, a diferencia de los demás, como
es el caso de Quiteria. Por eso el personaje es libre, él manipula el objeto
perjudicial y así encuentra su felicidad mientras que los de su alrededor se
ven sometidos a el.
Aunque la obra se titula el Galán liberal, pienso que de galán no tiene mucho, sólo la finta, una característica de la figura es precisamente su buena posición económica, la cual Damián no tiene, si recordamos, por ejemplo, a un galán del teatro de Lope, como Don Alonso de El caballero de Olmedo, se sabe inmediatamente quién es un auténtico galán. Por otra parte, Damían viene a tener más las características de un personaje de la literatura picaresca como bien mencionas, este hecho, creo yo, hace que el personaje se imponga en el ambiente literario como un híbrido entre pícaro y figurón sigloderoesco, y que más tarde inspiraría personajes como Don Catrín de la Fachenda de la obra de José Joaquín Fernández de Lizardi: pobre de día, galán por la noche, con rasgos de ingenio similares, donde se critica, no sólo por medio del galán, al clero y a la aristocracia, características que ya reflejaba el entremés.
ResponderEliminarCreo que el título es también parte de la burla, y como pronto nos enteramos que estamos ante un entremés no hay posibilidad de que se cumplan a la perfección las normas de los personajes tipo. Muy bien, Raúl, tu interpretación sobre la marginalidad del protagonista; e interesante, Rafael, la filiación con el Damián filipino el y el Catrín novohispano. Te estás creando fama en cuestiones de Literatura Comparada.
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