lunes, 7 de octubre de 2013

Ollantay

Las proezas guerreas de Ollantay ocupan un periodo importante del reinado de Tupa Inca Yupanqui.  Los amores con la hija del inca es una de los destacamientos,  los amores son trasmitidos de generación en generación en forma de tradición o drama épico-cortesano que señala una interesante etapa en el proceso de afirmación del imperio, quizás la de mayor importancia: la humanización de la dinastía incaica.
Según la leyenda, el emperador, después de las vitorias Ollantay, nombra es este gobernador de la región del Anti suyo. Además, en premio de sus servicios le hace donación de vestidos y objetos preciosos, lo que establece el precedente de la propiedad individual bajo forma de recompensa conferida al mérito.
Ollantay ya rico y poderoso funcionario del imperio, en una de las visitas que hace al cusco tiene oportunidad de ver a Coyllur. El guerrero queda prendado de la hermosura de la princesa.
La rebelión de Ollantay hace que el rencor inspire otras leyes que no están de acuerdo con el carácter paternal del imperio socialista de los Incas. Durante su reinado cada individuo está obligado a capacitarse según el rango que desempeña en el puesto señalado de antemano por las leyes del régimen incaico; pero esta capacitación es un privilegio de las clases altas.

En el pueblo no se recibe ninguna educación  y se funda en una ley que dicta Túpac Yupanqui. “al pueblo no es licito darle educación, porque como gente baja no se eleve y ensoberbezca y apoque la república.” El inca hace aún más severa las jerarquías de la estricta función social que cada uno desempeña en el estado. Esta disciplina, aliada al amor tenaz del indio por la tradición y la tierra, quizás explique la fuerza de supervivencia que lo mantiene.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.