lunes, 30 de septiembre de 2013

Cambio de género como mecanismo de defensa

Si tomamos en cuenta la fecha en la partida de bautizo de Catalina de Erauso (1592), tenía solamente ocho años cuando se escapó del convento para dar inicio a una vida errática y llena de aventuras. Probablemente debió nacer con un temperamento muy activo, fácilmente irritable, lo que le hizo insoportable el ambiente del convento, de manera que decidió darle un giro completo a su vida.
Aunque desde el momento en el que salió decidió cortarse el cabello y vestirse como hombre, terminó de conformar su personalidad en los años en los que vivió entre hombres, trabajando y pasando sus ratos de ocio en pasatiempos exclusivamente masculinos. Esto, además de un notable ingenio natural, le ayudaron a sobrevivir a todas las situaciones en las que, de haber seguido en su rol de mujer, no debería haberse encontrado.
Sin embargo, aunque en toda su autobiografía habla de sí misma en términos masculinos, se llega a encontrar en momentos de debilidad en los que cambia el género en el que se expresa de sí misma: de masculino a femenino. En estos momentos se encuentra confundida y desamparada, por lo que se podría pensar que al usar el género femenino lo hace como mecanismo de defensa: de alguna manera inconsciente justifica su debilidad en el hecho de ser mujer, para que, una vez superada la situación de alto nivel de estrés, pudiera seguir sintiéndose capaz de sobrellevar otros problemas en su papel de hombre.
Además, el momento en el que decide confesarse con el obispo, es la culminación de una temporada de muchos problemas, en la que sus múltiples crímenes se encuentran a punto de alcanzarla al fin. Aquí tenemos otro ejemplo de la forma en la que usa su verdadera identidad de mujer para protegerse a sí misma (aunque este ejemplo ya no es tanto psicológico como físico).

1 comentario:

  1. Pues tanto en el nivel psicológico como físico (si es que son distinguibles) funciona tu explicación. En esos pasajes vemos a la/el protagonista en situaciones límites en donde no es que dude, o que su identidad tambalee, sino que opta por el género que más le conviene, como bien ya lo has dicho.

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