martes, 8 de octubre de 2013

"La femenil valentía"

Extendió su mano hacia la estaca, y su derecha, hacia el martillo de los trabajadores; martilló a Sísara, le partió la cabeza, le machacó y le atravesó la sien. (Jueces 5:26)
En Amar su propia muerte, Juan de Espinosa Medrano toma del cantar de Débora en el Antiguo Testamento como su referente principal la muerte que da Jael a Sísara, y lo transforma de manera peculiar en su comedia; extiende los hechos ocurridos alrededor de la muerte. La hermosa Jael, como se presenta en la obra, mujer fuerte y valerosa toma en sus manos la defensa de la patria. Si bien al principio, se puede pensar en lo inmoral y deshonroso de sus actos, lo que más importa en el personaje es la habilidad con la cual trama la defensa. Mujer importante en el pasaje bíblico como en la obra. Ella pone en peligro su matrimonio y la honra, pues los hombres que la pretenden creen ser correspondidos. Esto es lo que lleva a la muerte a Sísara, y pareciera que su desenlace es un castigo, pues cae en su sentimiento y confía en ello a pesar de la advertencia del presagio. En la Biblia el general entra en la tienda pidiendo algo de beber y por su cansancio cae en el sueño, pero Medrano lo presenta aquí como un ser confiado al amor, pues su sentimiento lo lleva junto a la dama y es ahí cuando le pide agua y al estar cansado anuncia que dormirá. Jael sostiene un propósito y no vacila en ninguna oportunidad es, pues, que al ser dominado por el sueño, Sísara marca su derrota a pesar de ser un hombre fuerte pero al no dominar sus pasiones sólo encontró en el amor una destino trágico; y ella decidida a defender a su pueblo aprovecha las circunstancia que se presentan ante ella. Jael es una mujer valiente, fuerte y agresiva contra sus enemigos, se presenta como una salvadora.

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