Rabinal Achí, cuyo título original es Xajoj Tun -que significa "la danza del tambor"-, forma parte de lo denominado poesía dramática precolombina, puesto que su existencia se ubica durante el siglo XV. Esta obra de temática prehispánica era transmitida oralmente a través de la danza. Posteriormente, fue Bartolo Zis, originario de la región de Rabinal, en Guatemala, quien cuenta la historia, gracias a cuyo testimonio la "danza del Tun" pudo ser fijada en texto.
La trama de ésta es bastante sencilla. Se trata de un prisionero perteneciente a la tribu de los Queché, quien es capturado por el Señor de Rabinal por haber raptado y encerrado al Gobernador de éste, atacado a los cazadores mediante el canto de animales y tomado varios pueblos de la región. El señor de los Queché es sentenciado a muerte. Mientras se llega el momento del sacrificio el extranjero solicita ciertas peticiones a través de las que muestra su valentía: exige alimento y bebida, que se fabrique una copa con sus huesos y un tambor con su piel -como se acostumbraba con los héroes- y bailar con Piedra Preciosa, hija del gobernador. La canción termina con la ejecución del sacrificio.
A pesar de que este teatro no tenía una estructura con divisiones en actos y escenas específicas como el que conocemos ahora -y sobre todo porque no era concebido como teatro sino como baile-, se puede establecer una relación con el teatro contemporáneo: el teatro narrado, donde las acciones no se realizan para presentar los sucesos, sino que son referidas por cada uno de los personajes, por lo que el tiempo de la narración es diacrónico. Así sucede en Rabinal Achí donde el preso le cuenta al señor de Rabinal su historia mientras se encuentra atado. Además, el argumento se caracteriza por un discurso anacrónico, donde el personaje va retrocediendo; sin olvidar las repeticiones de dicho discurso por cada uno de los personajes.
Este tipo de obra quizá no sea muy popular para los lectores de la actualidad, pero sí es efectiva para quien gusta del ejercicio de la memoria, pues mediante estas oraciones repetitivas se le proporciona ritmo.
"Baile ritual"... no hay que olvidar esa especificación que le da a la pieza su total sentido. Memoria y ritmo, como lo señalas, van de la mano y se confunden en interminables repeticiones que serían efectivas a través del movimiento corporal, ya que el temporal está por default.
ResponderEliminarEste movimiento corporal se ha suprimido para concentrarse en un ritmo o frecuencia sonora. Es decir, el único rastro de estas danzas rituales es el ritmo peculiar con que se recitan los conjuros u oraciones ceremoniales.
EliminarAsí como tu comparación lleva al Rabinal Achí hacia adelante en el tiempo, también se puede llevar hacia atrás y compararlo por ejemplo, con la práctica de la Danza de la muerte, común en la Europa medieval del siglo XIV. En ésta, la muerte saca a bailar a varios personajes históricos a la vez que reflexiona sobre sí misma y la vida humana. Es curioso cómo la danza es el motivo central y va más allá de una simple festividad, sino que puede ser trágica o siniestra. También se resalta que la danza que narra algo no es exclusiva de las élites (ballet)sino que es una expresión muy popular, y en eso coinciden tanto Europa como América.
ResponderEliminar