En esta que será una breve reseña de los cuentos de las tradiciones limeñas, me gustaría comentar varios puntos que me llamaron la atención y por qué las considero lo más destacable en estos textos. Primero está el cómo la gente de aquellos tiempos era sumamente supersticiosa y muy temerosa de la suerte. Me parece irónico cómo los conquistadores españoles llegaron y casi consideraron "superstición" a varias prácticas indígenas cuando ellos mismos tuvieron su pequeña tanda de protecciones para evitarse la mala suerte (como satisfacer los caprichos de las embarazadas).
Asimismo, quisiera comentar sobre el sentido del humor empleado por un cierto autor, Julio Lucas Jaimes, al momento de escribir, que me pareció algo inesperado para su época. Si bien, no dudo que haya existido literatura con humor en aquellos tiempos, me intriga este empleado por el autor que es uno que, a mi parecer, casi está salido de una rutina de Cantinflas por ese modo de hacer referencia a su propia narración.
Finalmente, está el cuentito de Vicente Riva Palacio, el cual me recordó a dos textos: "Oro, caballo y hombre" de Rafael F. Muñoz por este enfoque del caballo que se transformó casi en un protagonista y en detonador de la acción, y a Edipo Rey por este modo en el que el destino se le regresó a Barrabás. Me pareció un cuento extraordinario, al estilo de un mito que, en mi opinión, podría confundirse con una antigua historia de los dioses griegos.
Pero estos tan sólo son opiniones y varios de los rasgos más destacados de este texto por estas razones que ya especifiqué.
Mmm... no había pensado en "Oro, caballo y hombre" pero tienes razón en que pertenecen a la misma línea de personajes bravucones con un historial poco honroso. Además, Rodolfo Fierro se hunde en su caballo y al soldado de Cortés lo hunde su caballo, pero de otra forma, al ser éste su talón de Aquiles y el culpable de su cambio de vida. Como ya mencioné en otra entrada, este relato me parece muy curioso por cómo maneja a la religión "pagana" como instrumento para redimir al soldado y volverlo más cristiano.
ResponderEliminarAdemás el cuento casi sin querer, da un paseo al lector por la época de la conquista: la fe de Cortés, la superstición de los españoles, la idolatría indígena, el asombro de los americanos frente a cosas desconocidas como las armas de fuego y los caballos, la doble moral de muchos religiosos y la necesidad de "milagros" para ejemplificar la fe y convertir a la gente con mayor facilidad. Coincido contigo en que es un cuento muy agradable y rico en elementos.
En la enumeración que hice al final, me faltó mencionar a los "nahuatlatos", a los que se hace referencia también.
ResponderEliminar