El relato hispanoamericano se distingue por la
narrativa de la tradición, es decir, por la narración de cuentos populares de
la región. A continuación nombraremos algunas características comunes entre los
textos Tradiciones Limeñas y Tradiciones hispanoamericanas de acuerdo
a la estructura compositiva de algunos relatos específicos que nombraremos
enseguida.
Los relatos de El encapuchado y La niña del antojo,
como parte de las Tradiciones Limeñas,
se caracterizan por una locación común: el callejón de San Francisco y sus
alrededores, donde también se encuentra el convento con el mismo nombre. Estos
cuentos también se caracterizan por un matiz de incertidumbre, que se construye
a partir de los siguientes elementos. En los dos cuentos encontramos que existe
un hecho supersticioso: en el primero la existencia de un fantasma, el
encapuchado; en el segundo, la idea de un embarazo mal logrado al no ser cumplidos
los antojos de las mujeres, a partir del cual se construye el miedo. Otra
similitud es la referencia literaria o documental: en el primer cuento se
manifiesta en el momento en que se describe al hermano de Don Gutuierre de Usán
como un Tenorio que había tenido aventuras con varias Dulcineas (referencia a Don Juan Tenorio y Don Quijote de la Mancha); en el segundo, encontramos la referencia
documental en los Papeles varios de la Biblioteca Nacional, con los que se hace constar
la veracidad de la historia. Encontramos, así mismo, la presencia de el engaño:
en El encapuchado, a través de la infidelidad de Consuelo con Íñigo de Ursán;
en La niña del antojo, mediante el uso de barrigas falsas, de trapo, para
entrar a los conventos. Una similitud más es la introducción de un proceso
legal: en el primero esto se manifiesta luego de que Don Guitierre asesine a
los amantes, condena que sufre no por asesinato, sino por usar hábitos
religiosos y aterrorizar –con supersticiones– a los habitantes; en el segundo,
tiene lugar a causa del conflicto sobre dejar o no a las mujeres entrar a los
conventos, y la moralidad en que se envuelve una superstición, a través de la
idea de asesinato de un feto. Por último, encontramos la presencia de un refrán
como parte del final de las narraciones.
La
misma estructura encontramos en Tradiciones
hispanoamericanas, o por lo menos la presencia de elementos similares, en
cuanto a el recurso discursivo de comprobar la veracidad de los hechos
relatados, ya sea a través de –como ya vimos –referencias documentales, o la
mención de gobiernos o personas que vivieron en aquel tiempo o la indicación
exacta del tiempo. En Donde se prueba cómo el diablo es un eximio arquitecto,
encontramos la descripción del espacio en torno al río, con referencias
mitológicas (Eolo, los Titánes); mientras que en Por ser cristiano, esto tiene
lugar a través de la descripción de Lacama, hija del cacique Tipuante, como
Fresia y como Guacolda de la epopeya de Alonso de Ercilla, que constituye la
referencia literaria, así como la descripción de su hermosura a través de
evocaciones mitológicas de Diana la cazadora y Juno. La presencia del
casamiento es otra similitud de ambos textos. También el engaño, sólo que en
Por ser cristiano, más que engaño, se trata, finalmente, de un malentendido.
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