martes, 19 de noviembre de 2013

La Rumba

Se sabe que una de las novelas más importantes del siglo XIX en México, es Los bandidos de Río Frío, porque se trata del análisis costumbrista más extenso de las letras nacionales, es, en una sola novela, la descripción más detallada de la sociedad mexicana de aquella época, abarcando el marco histórico de todo a todo: periodismo, política, divulgación científica, por conseguir que se hablara de verdadero realismo. Manuel Payno lo logra a través de sus extensas obras.
            Cuando la reputación de Manuel Payno estaba ya en un puesto importante dentro de la novela de costumbres mexicana, Ángel de Campo se encontraba escribiendo La Rumba, una novela que constituye un pequeño cuadro costumbrista de la sociedad que habita en una pequeña región que lleva el nombre del texto. La Rumba es una plaza sucia y vieja en la que sus pobladores se conocen entre todos, son humildes y la mayoría de ellos tienen trabajos fijos. Entre sus personajes se encuentran los de toda región pequeña: el cura, el herrero, el vendedor de abarrotes, la pulquería.
            En La Rumba, el autor hace una amplia descripción de la iglesia, punto sumamente importante en la obra costumbrista, la iglesia que luce tétrica, incluso le atribuye las características de una momia, describe el ambiente del lugar en que se desarrollará la historia y los escenarios, que como ya se sabe, la plaza es sucia y llena de basura. Es en este lugar donde Micrós introduce a su protagonista, Remedios Vena, alías La Rumba, hija del herrero, razón por la cual adquiere características poco femeninas. En principio, la introducción al hecho de la novela recuerda otras dos obras de comienzos similares: La Regenta de Clarín y Misericordia de Pérez Galdós.
            El texto se encuentra lleno de cuadros de costumbres, uno de los capítulos más pintorescos es la descripción de la tienda de don Mauricio, triste y oscura de día, pero de noche un centro de encuentro en donde la gente de La Rumba se reunía a beber café, fumar, jugar ajedrez, platicar, comer, y comprar despensa. Además, la obra es una manifestación lingüística notable, pues el habla de los personajes es coloquial y convive con lenguas extranjeras: je ne seis pas, decía la Gogol. Macrós sitúa entre estos personajes, importantes todos, el hecho principal de la narración. Remedios consigue empleo en una sastrería, donde Cornichón la pretende, con quien finalmente huye. Esto abre paso al desprecio del pueblo entero, incluyendo el de su padre. Al paso del tiempo Cornichón le pierde el interés a La Rumba, y al discutir se dispara un arma y muere quien antes la sedujera, es llevada a juicio y liberada, aunque como único consuelo le reste la iglesia de La Rumba.
            Es entonces la obra, un interesante cuadro costumbrista, si bien, no tan grande como el de Payno, pues no abarca todo lo que él, sí es una obra que representa este movimiento estético.

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