viernes, 22 de noviembre de 2013

De Darío y José.


Al pie de la estatua, de José Asunción Silva, Es un excelente poema dedicado al padre de la patria Simón Bolívar, libertador de la colonia de Venezuela de la monarquía española. El canto al espíritu heroico de Bolívar representado en la estatua a través de una cadencia del verso y filtrado en un juicio profundamente nutrido de un valor sensitivo y un preciosismo del lenguaje—tan hecho a lo modernista— que logran evocar el recuerdo y espíritu del libertador, otorgándole, privilegiándole un espacio, revela simbólicamente el resueno de la verdad que se viste de forma; dice el poema: “escrito está en la forma que en clásico decir buscó su norma”. Se rescata a la historia de su estatismo al ser representada, se invoca el espíritu del ínclito guerrero más que al personaje. Muy interesante y lúdico que con ello habilite una reflexión de la misma, pues únicamente dándole un cuerpo a la historia se puede acceder al alma de la misma.

 Por otro lado, en A colon de Rubén Darío, es reclamo a Colón, ojalá nunca hubieras llegado, le dice “estileramente”, puesto que con él vendría después la conquista de México, vendría a corromperse el espíritu primitivo y libre del mexica con la traición y una religión abierta a la sumisión de sus propios principios, por la ambición de la guerra. Y por otro lado, es un canto a la raza imperecedera que forjó la historia, una generación que  no tejía los hilos de la historia sino que le redimía, la rehacía. El recuerdo, la voz apagada de la materia cadenciosa en la piedra escucha el poeta, para evocar el pasado de la gloria inhumada, de la pureza contenida en la raza india.

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