viernes, 22 de noviembre de 2013

El Gaucho.





El gaucho es un “bebe” que ha aquilatado y aprendido el valor de la virtud guiado tan sólo por su experiencia cotidiana y no por una intelectual, con esto, José Hernández no sólo rescata la tradición gauchesca con el poema, sino que también da cierta preeminencia o muestra cierto respeto a la experiencia que se construye desde la vida misma, desde la cotidianidad, con lo cual, paralelamente, nos habla del “ser” de la literatura en general, como un elemento útil en tanto que clarifica el entendimiento, o como una plataforma de sentidos que es clarificada por el brillo de la experiencia. ¿Cómo alimentamos nuestro espíritu?, desde la literatura al “yo”, de lo literario a lo sensible, o de lo sensible a lo literario?. Con El gaucho Martín Fierro contemplamos a la literatura más inclinada a su función de recipiendaria de la tradición y sensibilidad primera, más que a su función como disparadora de sentidos para lograr doblegar con mayor efectividad el proceder de la institución, pero vulnerarlo desde la conciencia del pueblo marginado principalmente.

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