Algo que me llamó la atención en Amar su propia muerte fue la doble moral de sus personajes. En la Jornada I se encuentran Sísara y Jael hablando y mencionan la existencia de una esposa de Sísara: una tal Irene de la que no se vuelve a hablar en la historia. Sin embargo, a mi me llama la atención puesto que el hombre casado se encuentra diciéndole a Jael que es mucho más hermosa que su esposa y obviamente pretende ser infiel (creo que hubiera sido de haber podido), y esto no es algo trascendente, es decir, en realidad no se le da importancia al hecho de que Sísara sea casado, y es tan aceptable que busque serle infiel a su mujer que esto no se retoma en la historia. Sin embargo, cuando Cineo se encuentra con la posibilidad de que Jael le haya sido infiel, cambian sus sentimientos hacia ella, y busca vengarse del hombre que, el suponía, había estado con su esposa.
Se le llama doble moral porque el hombre tiene derecho a hacer algo que la mujer no debe, por ejemplo la idea de que las mujeres deben ser vírgenes hasta el matrimonio, mientras que en los hombres esto no es un requisito. Ambas cosas (el sexo premarital y la infidelidad) eran toleradas en los hombres, mientras que en las mujeres eran vistas como graves crímenes morales. Y a pesar de que han pasado siglos desde que estas ideas quedaron impresas para la posteridad, aún ahora podemos encontrar casos de doble moral en nuestra sociedad, principalmente propiciados por la iglesia.
Cierto, la condición matrimonial de Sísara se pasa por alto, pero sí que sirve en su construcción como antagonista, general del ejército invasor, practicante de otra religión (no es hebreo) y en contra de la institución social más importante: el matrimonio. Al momento de galanteo y conquista, Sisara no demuestra grandes dotes. Imagínate la comparación con la que intenta ganarla: "Hermosa es Irene, mas, / si en competencia se apura, / que mi Jael sea más bella / aun los cielos no lo dudan." No por nada al final de la comedia se lleva un clavo en la cabeza.
ResponderEliminarSobre la "doble moralidad", yo creo que las cosas sí han cambiado y no siento que la Iglesia intervenga demasiado. Mujeres y hombres, por igual, se cuidan de la opinión social (del famoso "qué dirán") y ocupan diferentes roles asociados a comportamientos estereotípicos: ama de casa, padre de familia, secretaria, estudiante, arquitecto, profesora, etc. Normalmente esos códigos de comportamiento, no tienen nada que ver con las preferencias o gustos muy personales (y, por tanto, privados) de aquéllos que ocupan esos roles. Lo "doble moralidad" no reside en el que actúa sino en el que juzga. ¿O qué piensas?
Definitivamente creo que reside en el que juzga, y tampoco niego que cada persona siga los roles sociales que le corresponden o que escoge a lo largo de su vida, pero con lo de doble moral me refiero más a un comportamiento en específico que a un rol, que más bien podría definirse cómo un conjunto de parámetros que guían el comportamiento de una persona. La doble moral se encuentra en la percepción (cómo tu dices, basada en el que juzga) de que cierto comportamiento es inadecuado en mujeres y en hombres no. Si mencionaba la iglesia es porque me parece un ejemplo actual. Al menos la católica, sigue predicando que el sexo antes del matrimonio es pecado, y socialmente este ¿mandamiento? solo se toma en cuenta cuando se trata de mujeres. No digo que todos los hombres ni todas las mujeres vean esta incongruencia como algo normal, es imposible generalizar, pero al menos a mi me ha tocado convivir con gente que sigue pensando así.
ResponderEliminarO quizá sea tiempo de cambiar de círculo social...
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