De las historias que se conocen sobre las Indias se
ha tenido información por medio de crónicas hechas por terceros y sabemos que
los textos no siempre son escritos objetivamente, o simplemente están escritos
mucho tiempo después de que realizaron el viaje. Tampoco se pueden considerar
documentos históricos porque muchas veces el narrador acomoda todo a partir de
su concepción sobre ese evento, se basa en lo que conoce y de ahí parte su
narración.
El manuscrito Ritos y tradiciones Huarochirí fue recopilado por el padre Francisco de Ávila, que se
encargó de plasmar una parte de la mitología quechua. Estos ritos y fábulas
cuentan las aventuras sobre Pariacaca,
sus hermanos, su padre Cuniraya
Huiracocha, los ritos y costumbres de los quechuas y sobre el origen del
hombre. Debido a la concepción judeo-cristiana de Ávila muchos de los datos
contenidos en la narración son descritos desde esa visión, tal vez para entender
las costumbres o la concepción que tenían estos pueblos sobre sus dioses.
Existen varias similitudes con pasajes que
están en la Biblia; cuentan los
quechuas uno sobre el diluvio. Pariacaca
acabaría con el mundo, pero tenía que salvar a una familia y a los animales
para que poblaran de nuevo la tierra; entonces manda que se le aparezca una
llama que podía hablar como humano y les avisó que fueran al cerro Huillcacoto en cuando el agua inundará
todo; y así lo hicieron, ahí estaban todos los animales y dicha familia. De la
misma manera viene en la Biblia que
Dios iba a acabar con los hombres malos; el elegido fue Noé, a quien se le
reveló que debía llevar una pareja de cada especie animal, y subir con toda su
familia; cuando el agua bajó, también lograron poblar de nuevo la tierra. Estas
dos historias son semejantes, quizás Ávila al tener en claro lo de Noé,
transcribió en base a este relato la leyenda quechua. Además existen en el
mismo texto otras veces donde los dioses al querer acabar con un pueblo, eran
bondadosos con algunas personas a las cuales se les avisaba para que no
perecieran en la tragedia.
El tema del pecado es usado por la
religión católica y cristiana; es una forma de infundir el miedo entre los
creyentes para que hagan acciones buenas. En este relato se ve claramente que
Ávila no pudo separar sus creencias de lo que le contaban. En la fábula que le
relataron, él concibe a la mujer como pecado, porque le cuentan que una de
ellas al estar desgranado el maíz, un grano sin querer tocó sus “vergüenzas” y
ese maíz se lo dio de comer a otro hombre, provocándole una enfermedad y por
ello esta mujer era considerada adultera. Por este descuido había una serpiente
viviendo en su casa, la cual estaba consumiendo a su marido que cada vez estaba
más enfermo. ¿Cuál sería la intención verdadera de este relato originalmente?
Hacer parecer a la mujer pecadora o simplemente relatar el mal que aquejaba al
hombre.
Hay ciertos rituales que los quechuas
festejaban en ciertas épocas del año y Ávila las llama pascuas. Él mismo dice que
son como estas fiestas sin embargo, distan mucho de parecerse estas
celebraciones de los pueblos prehispánicos a las de los españoles. Otro tema
similar al de la Biblia es sobre el
origen de los hombres. Cuentan los antiguos que se dio a través de un árbol
llamado quiñua y los hombres salieron
de sus frutos; en otra versión decían que cayó sangre del cielo, la cual tocó
la tierra donde estaba ese árbol. Y en la Biblia
Dios hizo al hombre de barro y le dio vida, después de su costilla hizo a la
mujer, así creo la vida en la tierra. Uno de los animales importante para los
quechuas es la llama; que era sagrada, una conexión con los dioses, incluso las
usaban como ofrenda en los sacrificios.
La creencia sobre la resurrección no
sólo le pertenece a la Biblia; los
incas también cuentan la fábula que al morir alguien velaban el cuerpo durante
cinco días, después regresaba el espíritu y ya no volvía a morir. Así mismo es
la creencia católica en la cual Jesucristo resucitó al tercer día. Pero a los
incas se les acabó la resurrección, cuando uno de los muertos regresó al sexto
día, sus familiares lo aborrecieron por perezoso y desde entonces ya nadie regresa
de la muerte.
Un culto que tenían es muy parecido al “día
de muertos”. Este se llama “la Fiesta de todos los santos de los huiracochas”; ellos también le llevaban
de comer a sus difuntos, les hacían ofrendas en las iglesias, así como lo
hacemos nosotros cada año.
La cultura inca es muy parecida a la nuestra, no sólo por la religión que
impusieron en América sino por las costumbres, ritos y sobre todo, porque hubo
personajes que se interesaron en preservar toda esa gama de creencias, por dar
a conocer parte de nuestra historia; así como Ávila hizo esta recopilación con
los incas, así mismo México tuvo un recopilador, Bernandino de Sahagún a quien
le debemos obras sobre nuestros antepasados.
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