domingo, 7 de diciembre de 2014

“Nuestra América”

por José Martí

Este texto es considerado una de las mejores representaciones del ensayo del siglo XIX. Martí lo publica en 1981, en la Revista Ilustrada de Nueva York y en El Partido Liberal. Sin duda es un ensayo muy vigente para nuestros tiempos. Y está dirigido a los habitantes de América; para todos los estratos sociales, para los nacionales y los extranjeros, para los gobernantes y para el pueblo. En este ensayo describe la situación social y política que vivía América; hace un llamado a los pueblos americanos para que se reconozcan y se unan; los invita a dejar atrás las culpas y el pasado; a devolver algo bueno de todo lo que la patria les proporcionaba; a ser agradecidos con el próximo.
            Algunos habitantes se avergonzaban de haber nacido en América porque la consideraban una tierra de indios, un país mediocre en comparación de España o Inglaterra. Martí critica a todos aquellos que han escrito pestes de ella, y lo hacen por la frustración que sienten de no ser reconocidos. Asegura que cuando los españoles descubrieron este continente no existió una batalla entre la civilización y la barbarie, sino entre la falsa erudición y la naturaleza. Exige que haya una buena educación universitaria para los habitantes y para los gobernantes a fin de que conozcan bien el arte de gobernar. También cuestiona por qué tiene que venir alguien de afuera a gobernar un país que no conocen. Martí llama a América un continente descoyuntado porque desde la conquista se supuso que los indígenas no sabían usar la razón. Utiliza la metáfora del tigre para referirse al sometimiento de los indígenas; en cualquier momento pueden rebelarse y buscar matar a su opresor porque siempre existe la forma de que el subyugado se canse de quien lo maltrata.
            Toda América estaba sometida; así como era, un país con muchas riquezas, cualquiera quería ser y tener parte en este descubrimiento. También reconoce la discriminación que había hacia los nativos, y hace una invitación a los pueblos americanos a reconocerse y aceptarse; a los españoles les aconsejaba que los trataran humanamente e intercambiaran conocimiento para así incorporarlos en las decisiones del país. Invita a los nacionales y extranjeros a cambiar la visión que se tiene de América y de sus habitantes, a analizar la cuestión social, política y económica; y a los gobernantes que se instruyan para que así puedan pensar.

Existe un discurso patriótico en todo el ensayo, donde ensalza al continente y reprueba la forma de gobierno que se tiene. Hace un recuento de la conquista, la colonización; habla sobre la influencia extranjera que existe en América y cómo todos los demás países pusieron los ojos en el continente después de que fue descubierto, porque veían en él una fuente de riquezas.



jueves, 4 de diciembre de 2014

Pueblo/Ciudad en Andrés Bello


El poema “La agricultura de la zona tórrida” de Andrés Bello se podría dividir en dos momentos: el primero abarca toda la exaltación a la naturaleza y el reconocimiento de las riquezas que ésta provee a los habitantes del campo. La segunda es a partir de la queja amarga de la ciudad y de quien deja el campo para irse a vivir allá.
Bello apunta hacia la oposición neoclásica ciudad/campo donde de manera casi didáctica señala que en la ciudad hay males y no se debe abandonar la naturaleza pues de alguna manera está ligada a la paz. El autor ennoblece y pide que se honre al campo:

<<¡Oh jóvenes naciones, que ceñida 
alzáis sobre el atónito occidente 
de tempranos laureles la cabeza! 
honrad el campo, honrad la simple vida 
del labrador, y su frugal llaneza. 
Así tendrán en vos perpetuamente 
la libertad morada, 
y freno la ambición, y la ley templo.>>

Esta tierra fértil y dadora de vida se contrapone totalmente a la imagen de la ciudad. Bello considera que el ciudadano es necio, vano y tiene un brillo falso, además es ocioso. Insiste en que se ha abandonado y descuidado al campo por los lujos que la ciudad ofrece. Desde la perspectiva de Bello es en la ciudad donde se encuentran los vicios que arruinan al hombre: el juego, la bebida, la vanidad.
En la ciudad se es prisionero, pues “¿amáis la libertad? El campo habita…” Prácticamente para Bello la felicidad y tranquilidad solo se puede encontrar en lo campesino. Otro tema se podría identificar al final del poema, pues se entiende que no sólo habla de la zona tórrida de su natal Venezuela, sino parece que hay una intención de englobar a América y de animar a la búsqueda de la libertad.



Una digresión para "El Matadero"


con un puñal bien templao
          y afilao,
que se llama el quita penas,
le atravesamos las venas
          del pescuezo.
“La refalosa”, Hilario Ascasubi

Entre ver Pulp fiction y escribir un ensayo de “El matadero” se me ocurrió una buena, pero seguramente, no original idea: una adaptación del cuento echa por Tarantino. Como mi talento no está en el mundo del cine, sólo se me ocurren escenas donde salgan chorros de sangre, la cabeza del niño rodando por el piso y luego de cosecha del director una mulata hurgando en el cuerpo inerte; todo enmarcado en un cuadro naturalista que choque con los pobres ojos del espectador incauto. Quizá es por esto[1] que escogí el tema para trabajar mi ensayo final de la materia. No se ose buscar una intención de exaltar lo violento, mucho menos un gusto por lo gore. Pienso que Tim Roth haría del unitario y de Juez de la casilla se antoja un John Travolta cuarentón y cruel.
En realidad el trabajo de Tarantino podría limitarse a seguir al pie de la letra las marcas de sangre que Echeverría muy generoso le habrá brindado ya. Sin embargo hay textos clave que vale la pena rescatar, por ejemplo Facundo, de Faustino Sarmiento. En esta obra se presenta la dicotomía civilización/barbarie presente en “El Matadero” y más tarde en el poema “La refalosa” de Hilario Ascasubi. De hecho, este poema, escrito desde la voz cruel de un mazorquero, y el cuento de Echeverría, se concentran en uno posterior, escrito por Borges y Bioy Casares: “La fiesta del monstruo”.
Las tres obras tienes cuadros descriptivos muy crueles y sanguinarios. Por ejemplo en “La refalosa” cuando los mazorqueros le arrancan la piel al hombre poco a poco con el cuchillo llamado “quitapenas” y a sus pies se forma un charco de sangre. Por otro lado en el cuento de Borges y Bioy Casares está el joven judío siendo apedreado “hasta que las piedras ya no le dolían”; estas escenas bajo la dirección de Tarantino, sangre atenuada por un blanco y negro tipo the bride vs crazy 88 en Kill Bill, darían como resultado una película no tan disparatada y de paso lecciones de historia y literatura.
           







[1] O porque ya había leído el cuento.

La virgen de Guadalupe y Pixar: teorías obsesivas



¿Qué similitudes tienen la Virgen de Guadalupe y la compañía de películas animadas Pixar?

Fanáticos obsesivos.

En Memorias, de Fray Servando Teresa de Mier, el religioso estudia diversas posibles apariciones previas de la guadalupana en territorio latinoamericano.

Iniciamos con la idea de que Quetzalcóatl fue en realidad Santo Tomás, que trajo a las Américas la palabra de Dios de acuerdo con el encargo que le hizo Jesucristo de llevarla a todos lados.

Hay mención de jeroglíficos indígenas que, después de riguroso estudio, revelan una relación profunda con la fe cristiana. La pluma del quetzal corresponde a la aureola de los santos, Coatl es indio para Tome, de Tomás y otras tantas suposiciones que rayan en lo fantástico.

Todos estos cabos sueltos de la cultura indígena son apropiados por los eclesiásticos para probar sus teorías, sin realmente interesarse en la naturaleza de los elementos.

Lo mismo sucede con las películas de Pixar.

Las bases son las mismas, tomando elementos azarosos de las distintas películas de la compañía infantil alguien en Internet logró establecer una cronología de los sucesos en el universo ficticio, situando 14 filmes dentro de la misma narrativa.

El creador de la página Pixar Theory incluso agrega escenas de las películas como “evidencia” de su teoría global.

El método de Mier es el mismo que el de este moderno fanático: tomar piezas al azar de la cultura (o películas) para legitimar un discurso. Afortunadamente, en el Siglo XVIII no existía aún Google para derribar las suposiciones tan imaginativas de Fray Servando.

El misterio y lo macabro en Gaspar Blondín



En sus primeras palabras, Juan Montalvo sitúa a su lector inmediatamente en una escena que recuerda a los cuentos de terror de Poe. El clima amenaza al protagonista en forma de una tormenta impía, silba el viento alguna melodía terrible, las sombras se confunden con los abismos del entorno, etcétera.

El narrador en primera persona se refugia en una posada tan tétrica (o más aún) que el exterior; aquí empieza lo interesante.

Dicho desde la boca del dueño del lugar, inicia el relato de Gaspar Blondín que, mezclando lo macabro y el misterio de la hechicería, lleva al lector a través de diversas escenas fantásticas construidas sobre rumores del personaje que titula la obra.

La conclusión del cuento es lo que me remitió particularmente a la narrativa de Poe. La sorpresa final que deja al lector dudando sobre la naturaleza fantástica del relato de Blondín.

¿Era todo un rumor malintencionado, creado por un tendero que en algo debía gastar su tiempo?

¿O sí murió ahorcado, y el visitante final es tan infernal como los tratos que hacía su mujer?

¿Quién, o qué, es Gaspar Blondín?

viernes, 28 de noviembre de 2014

alma callejera

Desde tiempos antiguos se conoce la idea que el alma puede salir del cuerpo. Platón menciona que el cuerpo tan solo es una prisión del alma mientras que otras culturas, también reconocen la pérdida del, Pue, cupuriipiya, mirinchekua, alma.  Eduardo Wilde hace mención de un alma caminante en su cuento ¨Alma callejera¨. Ahí de una manera muy poética nos habla de un alama que vaga por las calles ¨como un núcleo flotante de humo¨ sin llegar a un lugar fijo, tan solo buscando husmeando, huyendo por entre las casas y calles. El autor en cada momento muestra un alma en completo movimiento, alejado de su cuerpo, logra, marchar, buscar, desaparecer, arrastrar, rodear y a su vez el movimiento muestra una particularidad de soledad, una noche oscura, como nube negra y ¨pájaro ciego¨. Al final el cuento da un giro cuando logra su alma ¨se arrastra¨ por las sabanas en el lecho donde duerme una mujer, mujer dueña de su alma que obliga a levantar al narrador sin una alma y tan solo con el cuerpo vacío que tiene que alimentar.
El Diccionario Enciclopédico de la Medicina Tradicional Mexicana, hace un estudio sobre la pérdida del alma y menciona tres maneras que pueden ocasionar está perdida. La primera por causa de una fuerte y súbita impresión, la segunda causa es por un ataque que sufre el alma en sus viajes realizados durante el sueño; y la tercera se da por ser capturada por un ente sobrenatural.


También asegura que una impresión traumática puede deberse a distintos accidentes como presenciar fenómenos meteorológicos, o escuchar "sonidos extraños" de la noche,  así como mirar el cadáver de alguien fallecido en forma violenta. De igual modo, el alma puede ser capturada durante las horas del sueño. Al respecto, se dice que mientras el individuo duerme, la mencionada esencia acostumbra salir a vagar, motivo que da origen a las ensoñaciones.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

La vida del indio en Perú durante la postcolonización


El relato que expone Amadeo Frezier en su obra Relación del viaje por el mar del sur, describe la vida en la bahía de Concepción en Chile. Este marinero tenía una idea apática hacia los indios; para él, no merecían tantas consideraciones, mucho menos encomiarlos después de las rebeliones que hicieron. Los nativos lograron tomar de nuevo el control del lugar; reconocían al Rey español pero no le daban tributo alguno, sino que conservaban sus señoríos a cambio de mantener el orden y evitar otra rebelión. Pacto con el que Frezier estaba en desacuerdo. En su relato también estudia la estrategia militar en la bahía, revisa sus fortalezas y debilidades.
Un tipo de “vida” para Frezier era ser esclavo. En la época de la conquista los indios pasaron de ser libres a pertenecerle a algún español que residiera en la tierra conquistada. Los primeros españoles en establecerse en Perú adquirieron un convenio con el Rey de España; el cual consistía en que debían mantener a los indios como esclavos toda su vida, y después pasarían a sus hijos o a sus mujeres en caso de que no tuvieran hijos. Pero algunos españoles sentían que el trato dado a los indios era inhumano y por ello hicieron saber a la corte española sobre lo que pasaba, misma que tomó cartas en el asunto.
            El Emperador envió, en 1542, a Blas Núñez de Vela en calidad de virrey, con la orden de ir a devolver la libertad a los indios. Tarea que no fue fácil, porque la mayoría de las ganancias se daba a través de la mano de obra de los esclavos; de esa forma los españoles no dejarían ir fácilmente la vida que mantenían hasta ese momento; por lo que no aceptaron ni al nuevo virrey ni al nuevo decreto y se dio una guerra civil. Ante tales sucesos, el Rey optó por tomar los indios de los españoles que morían y en ellos aplicar el nuevo decreto.
            Los nativos que pertenecían al grupo de reducción o al de los caciques no estaban obligados a otorgarle tributos al Rey. En cambio los indios que pertenecían a los yanaconas debían aportar el valor de 10 pesos anuales en plata o especie. Dinero o sirvientes que eran destinados a las familias españolas en recompensa por sus buenas acciones.
Los sirvientes podían recuperar su libertad si pagaban diez escudos a su amo. Podrían ser libres antes de los 16 y después de los 50 años. Los indios libres podían comerciar esclavos con los españoles; algunos vendían a sus hijos a cambio de dinero, vino, armas, etc. Debido al decreto que había impuesto el Rey, los hijos de los encomendados podían no elegir servir. Un mestizo podía usar camisa sólo si su padre lo reconocía.

Frezier también describe las costumbres, los oficios, los gustos, la gastronomía y la forma de ser de los indios. La vida del indígena no cambió mucho desde la conquista hasta este punto, el virreinato en el siglo XVIII. Aunque los indios supieron adaptarse a las costumbres españolas, a las importaciones de flora y fauna, a la religión, incluso al lenguaje, no pudieron someterse del todo; su pensamiento no fue conquistado, al contrario, con el paso de los años fue cultivándose un recelo hacia el pasado.

domingo, 23 de noviembre de 2014

El ser mexicano según Alexander Von Humboldt 

Actualmente son muy conocidos los trabajos ensayísticos de autores renombrados, como Octavio Paz y Samuel Ramos, sobre la esencia del mexicano. Este ser posee rasgos determinantes ente los que se encuentra su agresividad, timidez y exceso (sobretodo si nos referimos a la fiesta y al alcohol). Sin embargo, aproximadamente un siglo antes de que estos autores explicaran por qué la sociedad de México se comporta de determinada manera, un viajero alemán detuvo su mirada en las sociedades americanas. Su nombre fue Alexander Von Humboldt, aventurero y humanista de corazón, quien postuló ideas similares a las que se verían mucho después en los libros Psicoanálisis del mexicano y El laberinto de la soledad
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       Von Humboldt llegó a la Nueva España en 1803 y, después de haber viajado por Sudamérica entre los imponentes caminos incas, quedó maravillado por el espectáculo que consideraba era el Valle de México, lugar de cielo claro y calles limpias. En su afán turístico, enumeró los lugares dignos de ser visitados por el viajero que se dispusiera admirar la Ciudad de México, entre los que destaca la catedral, los conventos, la Universidad y la Academia de Bellas Artes. El explorador alemán estaba muy consciente de la historia de estos lugares, y en sus textos plasmó la de Cortés cuando sitió a los aztecas, ayudado por los tlaxcaltecas. 
        Su estancia le permitió conocer de cerca a aquellas figuras tan relegadas en la cultura y vida pública mexicana (aun hasta nuestros días): los indígenas. Von Humboldt se refiere al indio mexicano como un ser grave, melancólico y silencioso en tanto el alcohol no lo saque de sí; lo considera un ser que puede pasar del reposo a la violencia desenfrenada, tal como describiría décadas después Samuel Ramos al peladito en Psicoanálisis del mexicano, y Octavio Paz al pachuco en El laberinto de la soledad. Ambos autores mexicanos parecen darle la razón a Von Humboldt con estos libros, a su vez que éste confirma la idea de los orígenes de la psicología del mexicano.
       En sus andanzas por la Nueva España y después de analizar en persona a los habitantes de esta región, considera que los niños indígenas son más inteligentes a los 4 o 5 años que muchos españoles a esa misma edad (Tal vez un rasgo heredado que se transformó en el "ingenio" del mexicano). En cuanto a las costumbres cristianas, notó que el indígena se adaptó bastante bien a los ritos y creencias desde que Cortés aprovechó el mito de Quetzalcóatl para someterlos. Pero esta supuesta devoción era sólo una manera de divertirse con el teatro y los fuegos artificiales, algo parecido a la celebración del 12 de diciembre a la Virgen de Guadalupe, que menciona Carlos Monsiváis en uno de sus ensayos; dicha celebración es transmitida en televisión, adornada con la parafernalia del mundo de la farándula, que bien puede encantar al espectador sin fe como lo hacía el teatro evangelizador para los indios.
       El mexicano es un ser melancólico, tanto en sus cantos como en sus fiestas, liberado sólo a través de la carnavalización extrema, aspecto también señalado por Octavio Paz cuando menciona que nuestras fiestas son rupturas violentas del orden establecido. Para el ganador del Premio Nobel hay algo que nos impide ser y nos enfrenta a nosostros mismo, por ello recurrimos a la fiesta. 
       Sin duda, Alexander Von Humboldt se adelantó a las ideas de los grandes pensadores de nuestra nación al analizar desde una perspectiva alejada y neutra al individuo mexicano. La actualidad de su texto se mantiene tan viva como la de nuestros grandes pensadores del siglo XX.


martes, 18 de noviembre de 2014

Medicina Rarámuri

Para la cultura rarámuri la alegría es esencial por eso se podría definir a los rarámuris como la cultura de la alegría.  El lenguaje de la alegría se emplea para hacer bromas y al mismo tiempo agradar. En las reuniones de la comunidad, los juicios, las fiestas de los muertos  suceden entre bromas y risas sin que por ello se pierda la solemnidad y la importancia. Hablar sobre cosas tristes con seriedad o llorando seria hundirse y hundir a los demás con la misma tristeza y enférmalos, por lo tanto es de muy mala educación y muy mal visto para la comunidad rarámuri. El llanto y el sentimiento de tristeza existen solo en la intimidad.
El colorido, la música, la danza toda de la fiesta de curación están hechos en base a proporcionar alegría, que para ellos es la fuerza vital del universo, capaz de curar a Dios y a los hombres.
El mito sobre el origen del Sugui menciona que “dios lo creó y lo dio a los hombres para que se alegrarán, convivieran y trabajaran juntos”. Es por eso que la fiesta y los juegos abundan precisamente en las situaciones que la comunidad tiene más motivos para estar tristes.
La higiene es uno de los factores por lo que se logra enfermar.  Los rarámuris manejan la higiene sexual por un procedimiento llamado Kariki que se contagia por el acto sexual de los blancos, por que las mujeres blancas, según sus creencias, “son muy putas.” La cultura rarámuri conoció la prostitución, con los blancos,es por eso que  están sucias “por dentro” y contagian a los que “de dentro de ellas” agarran esa suciedad.
Otras de las enfermedades vienen por el aire, al respirarlo. Por ejemplo, un hechicero puede soplar hacia alguien para enfermarlo, pero ese soplo tiene que ser por arriba o por abajo y es necesario llevar la intensión malsana de enfermar. Pero al ir lleno de polvo o zoquete de la tierra o de manchas de los alimentos ingeridos, no enferma porque esta por fuera.

La suciedad exterior no se considera muy peligrosa y su tristeza vendría justificada por el buen gusto de lucir limpio en las fiestas o de no oler feo. En cambio, la suciedad interior es muy peligrosa y su prevención y limpieza determinan muchos comportamientos de esta agrupación humana.


el teatro incaico


La cultura inca no dejó a un lado la habilidad de componer comedias y tragedias ,los amautas, que eran los filósofos andinos representaban sus obras delante de sus reyes en días de fiestas.
Los representantes no eran visibles, si no Incas y gente noble. Los argumentos, siempre trataban de hechos militares, triunfos, y victorias. Los argumentos de la comedia eran de agricultura, de hacienda, de cosas caseras y familiarizares. Después cuando se acababa la comedia, los representantes se sentaban en sus lugares conforme a su calidad y oficio.
Al darse cuenta de la habilidad que contenía el teatro al ser representando, la compañía de Jesús, utilizó las comedias como herramientas para enseñar a los indios a hacer lo que ellos quisieran. Así un padre de la compañía compuso una comedia para la Virgen María y la escribió en lengua Amará, diferente de la lengua general del Perú. El argumento era sobre aquellas palabras del libro tercero el Génesis: “Pondré enemistades entre ti y entre la mujer…”, y ella misma quebrantará tu cabeza. La comedia fue representada por indios y mozos en un pueblo llamado Sulli. Al igual, en Poctosi se recitó un diálogo de la fe, al cual se hallaron presentes más de doce mil indios. En el Cuzco se representó otro diálogo del Niño Jesús y en la ciudad de los reyes, delante de la cancillería y de toda la nobleza de la ciudad y de innumerables indios se representó el santísimo sacramento compuesto a pedazos en dos lenguas: la española y quechua.