lunes, 16 de septiembre de 2013

El drama de Ollantay

Ollantay es una obra dramática peculiar por su estructura y su contenido. Se conoce escrita en prosa y verso y tiene algunas características de diferentes épocas del teatro en su desarrollo.

            La versión vista no tiene un dramatis personae en un comienzo, no hay cuenta de los personajes sino hasta que el texto avanza y por tanto no podemos saber quiénes son ni qué papel desempeñan, sin embargo, la lectura de la obra es tan amena que ella misma nos dice lo propio sobre cada uno de ellos. Así por ejemplo descubrimos que Ollantay es, y no por el título de la obra, el héroe y el personaje a quien se le niega estar enamorado de la hija del Inca por ser un plebeyo y que Cusi Ccóyllur es la dama que sufre por el amor del héroe.

            En Ollantay existe una transformación del personaje similar a la ocurrida en El condenado por desconfiado, de Tirso de Molina, y es que Ollatay, al saber que Pachacútec no le concederá a Ccóylur como esposa, se transforma en la Némesis de la historia, dejando detrás el pensamiento de sus antiguos logros con Pachacútec. En la obra de Tirso el personaje, Enrico, pasa de ser un delincuente a un personaje lleno de bondad que finalmente asciende.

            La obra significa desde mi punto de vista una recopilación de elementos del teatro antiguo. Tanto la tragedia griega, como el teatro del siglo de oro están dentro de este texto a través de personajes que llevan a cabo funciones que en dramaturgias como las mencionadas, eran elementales. Por ejemplo, el personaje llamado Huillca Uma, que habla de vaticinios en la obra y es una especie de vidente, recuerda al Tiresias clásico del teatro grecolatino, así como la aparición de un coro de niños y otro de ninfas que intentan hacer sentir bien a Ccóylur en compañía de su padre, esto, si recordamos que la función del coro y del corifeo era la de aconsejar a los personajes en el teatro clásico y hablarles de su destino. Otro de los personajes es Piqui Chaqui, quien tiene la función de un gracioso siglodeoresco por sus frecuentes bromas, sentido del humor, además de servir fielmente a Ollantay, su amo. 

2 comentarios:

  1. Exacto... una buena mezcla de varias tradiciones teatrales. En la edición que leímos no vienen los cantos de los niños y nos perdemos el canto quechua con el que enseguida recordaríamos las lecturas de la primer semana.

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  2. Creo que tal vez el canto quechua de los niños esté ubicado en la versión escrita en verso, habría que revisarla y ver el contenido del texto para confirmar si realmente tienen una función de coro grecolatino.

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