jueves, 4 de diciembre de 2014

Pueblo/Ciudad en Andrés Bello


El poema “La agricultura de la zona tórrida” de Andrés Bello se podría dividir en dos momentos: el primero abarca toda la exaltación a la naturaleza y el reconocimiento de las riquezas que ésta provee a los habitantes del campo. La segunda es a partir de la queja amarga de la ciudad y de quien deja el campo para irse a vivir allá.
Bello apunta hacia la oposición neoclásica ciudad/campo donde de manera casi didáctica señala que en la ciudad hay males y no se debe abandonar la naturaleza pues de alguna manera está ligada a la paz. El autor ennoblece y pide que se honre al campo:

<<¡Oh jóvenes naciones, que ceñida 
alzáis sobre el atónito occidente 
de tempranos laureles la cabeza! 
honrad el campo, honrad la simple vida 
del labrador, y su frugal llaneza. 
Así tendrán en vos perpetuamente 
la libertad morada, 
y freno la ambición, y la ley templo.>>

Esta tierra fértil y dadora de vida se contrapone totalmente a la imagen de la ciudad. Bello considera que el ciudadano es necio, vano y tiene un brillo falso, además es ocioso. Insiste en que se ha abandonado y descuidado al campo por los lujos que la ciudad ofrece. Desde la perspectiva de Bello es en la ciudad donde se encuentran los vicios que arruinan al hombre: el juego, la bebida, la vanidad.
En la ciudad se es prisionero, pues “¿amáis la libertad? El campo habita…” Prácticamente para Bello la felicidad y tranquilidad solo se puede encontrar en lo campesino. Otro tema se podría identificar al final del poema, pues se entiende que no sólo habla de la zona tórrida de su natal Venezuela, sino parece que hay una intención de englobar a América y de animar a la búsqueda de la libertad.



1 comentario:

  1. Muy bien. Hay que decir que la oposición campo/ciudad es mucho muy antigua, no neoclásica. Y sí, ciertamente lo venezolano se ve poco. La zona tórrida toca una gran parte de continente.

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