Resalta
su lenguaje militar. Es muy metódico, maneja cifras y latitudes, el testimonio
del que se vale por lo general es el propio, es más un discurso informativo ya
que la información que nos brinda se haya completamente deslindada de
sentimientos y emociones lo cual le da un tono “frío” a su discurso —y no por
ello le resta valor—, y mayor veracidad a lo que cuenta. De los aspectos que me
parecieron más interesantes tanto de los indígenas peruanos como de los
chilenos en su narración, son el uso de “quipos”, una técnica variada de nudos
que utilizan como sistema de escritura. Otra es la “chicha”, especie de bebida embriagante similar a la cerveza, el mejoramiento de su armamento, que tomaron en
base a la imitación de las armas españolas como las armaduras, que en lugar de
acero utilizaban un cuero muy duro para proteger los órganos vitales, así como
la utilización de hachas y lanzas que les compraban a los mismos españoles. Y
finalmente, cuando Frezier dice: “Las palabras que cantan no tienen rima ni cadencia,
ni otro tema que el
que les viene a la mente; tan pronto relatan la historia de sus antepasados,
corno hablan de su familia, o dicen lo que les parece de la fiesta o del
motivo por el que se hace, etc.” (72)., nos expresa el modo de ser indígena en
gran medida. Para ellos, la música emerge como
ese matiz único que expresa lo verdadero de la palabra antes de que ésta pueda
configurarse, por ello es que sigue más el compás de un instinto y parece
guiada por la improvisación, aunque teniendo siempre como referente un mismo
triángulo musical básico — deducimos esto de acuerdo a lo relatado por Frezier
anteriormente, aunque no especifica sobre triángulos musicales o tonos—, si da
a entender que utiliza dos o tres notas a lo mucho. Quizá un mismo triangulo
musical pero donde la danza, la recitación, narración, reflexiones,
desautomatizaban ése ritmo primitivo. Entonces es interesante como éste choque
de apreciaciones de la realidad por vías de la audición también engendrará un atmósfera ficticia a las cosas, una atmósfera hasta cierto punto determinada, y
cómo esa entidad configurada a partir de su cadencia y sonoridad anteriores van
creando sucesivamente un ritmo sustancial de apreciación de las cosas; desde
las más triviales hasta las consideradas más eruditas, políticas, religiosas,
etc.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.