Es bien sabido por todos que la llegada de los españoles significo un
cambio en la vida de los habitantes de la América Prehispánica; no solo por la
llegada de los conquistadores que con cada campaña nueva sumaban nuevos territorios
al dominio de la Corona Española y la Iglesia Católica. Ambos factores repercutieron
en la vida indígena tanto en Mesoamérica como en la región andina: las matanzas
a indígenas, esclavitud, rebeliones, imposición de la escritura y, por último y
quizá con mayor impacto, la evangelización.
¿Qué favoreció el avance de la doctrina cristiana? Es difícil saber cómo
fue que los pueblos originarios de la llamada América aceptaron tal imposición,
pues no era solo un cambio en la religión practicada, sino también en la forma
de vida de los naturales de Mesoamérica y Los Andes.
Una respuesta aproximada la podemos tener en los textos de los frailes que acompañaban las expediciones españolas. Si bien, generalmente se refieren a los rituales indígenas como obras del demonio, también aclaran que esto era por ser víctimas del engaño pero aun así, mantenían ideales parecidos a la doctrina cristiana y por ello resultaría fácil volverlos al catolicismo.
Para Martin Lienhard, en su obra La irrupción de la escritura en el escenario americano, uno de los factores que favorecieron la conquista espiritual se encuentra en los mismos dioses prehispánicos y el retorno de estos a la tierra. Tradicionalmente, se piensa que en un principio los aztecas veían a Hernán Cortez como Quetzalcóatl que regresó al mundo terrenal, impactados por las armas de fuego, la blanca piel de los extraños y sus ropas de metal (armaduras). Así mismo, Tito Cusi Yupanqui hace referencia a los españoles como la divinidad Viracochas, nombre que le dieron los habitantes del Cuzco a los españoles; esto se atribuye también a las ropas, caballos, armas de fuego, pieles blancas y el hecho de “hablar solos con unos paños blancos”.
Una respuesta aproximada la podemos tener en los textos de los frailes que acompañaban las expediciones españolas. Si bien, generalmente se refieren a los rituales indígenas como obras del demonio, también aclaran que esto era por ser víctimas del engaño pero aun así, mantenían ideales parecidos a la doctrina cristiana y por ello resultaría fácil volverlos al catolicismo.
Para Martin Lienhard, en su obra La irrupción de la escritura en el escenario americano, uno de los factores que favorecieron la conquista espiritual se encuentra en los mismos dioses prehispánicos y el retorno de estos a la tierra. Tradicionalmente, se piensa que en un principio los aztecas veían a Hernán Cortez como Quetzalcóatl que regresó al mundo terrenal, impactados por las armas de fuego, la blanca piel de los extraños y sus ropas de metal (armaduras). Así mismo, Tito Cusi Yupanqui hace referencia a los españoles como la divinidad Viracochas, nombre que le dieron los habitantes del Cuzco a los españoles; esto se atribuye también a las ropas, caballos, armas de fuego, pieles blancas y el hecho de “hablar solos con unos paños blancos”.
Es factible, dice Lienhard, que tal idea indígena fuese aprovechada e
incluso sugerida por los misioneros, pues resultaba una visión muy favorable
para los conquistadores y, posteriormente, para la doctrina cristiana que
buscaba sacar de su “error” a los originales de América.
La cuestión es por demás interesante: "¿Qué favoreció el avance de la doctrina cristiana?" Sin duda, no existe una sola respuesta satisfactoria. A veces pienso que para que los dos sistemas de creencia formaran uno, fue porque desde antes de la llegada de los españoles, ya lo indígenas, sobre todo en Perú y en México, ya eran de ultra derecha super religiosa. Todo imperio, sin importar tiempo ni latitud, debe tener un sistema de pensamiento excluyente y enajenante. Eso del regreso de los dioses parece más bien, una justificación bastante posterior a la conquista.
ResponderEliminarExisten diferentes formas para cambiar las actitudes/conductas de una persona, pero creo que en este caso el miedo fue uno de los recursos persuasivos de más impacto, gracias al cual se logró instalar el cristianismo como la religión dominante. Un estudio de 1953 (Hovland, Janis y Kelley) propone que la amenaza utilizada para el cambio de actitud tiene que despertar sólo suficiente (no demasiado) miedo en la persona, dado que si es demasiado la persona se siente abrumada y se bloquea. Además de que dicha amenaza debe provocar un miedo (o ansiedad) suficientemente intenso como para que la persona no logre concentrarse en el contenido del mensaje y por lo mismo, no lo evalué. Estas características (según mi parecer) se cumplían al momento en que los evangelizadores llegaban con los indígenas y comenzaban a predicar sobre el infierno al cual irían al morir si no cambiaban sus creencias en los "demonios". Los indígenas podían creer o no esto, pero me imagino que la idea de sufrir eternamente al morir les causaba suficiente ansiedad como para, al menos, cambiar sus conductas (seguir los 10 mandamientos o ir a misa, entre otras) y con el tiempo, sus actitudes.
ResponderEliminarInteresante aportación desde la psicología social. La comunicación a través de la persuasión no es posible en situaciones de alto riesgo o amenaza, y eso bien lo sabían los evangelizadores.
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