Se sabe que una de las novelas más
importantes del siglo XIX en México, es Los
bandidos de Río Frío, porque se trata del análisis costumbrista más extenso
de las letras nacionales, es, en una sola novela, la descripción más detallada
de la sociedad mexicana de aquella época, abarcando el marco histórico de todo
a todo: periodismo, política, divulgación científica, por conseguir que se
hablara de verdadero realismo. Manuel Payno lo logra a través de sus extensas
obras.
Cuando
la reputación de Manuel Payno estaba ya en un puesto importante dentro de la
novela de costumbres mexicana, Ángel de Campo se encontraba escribiendo La Rumba, una novela que constituye un
pequeño cuadro costumbrista de la sociedad que habita en una pequeña región que
lleva el nombre del texto. La Rumba es una plaza sucia y vieja en la que sus
pobladores se conocen entre todos, son humildes y la mayoría de ellos tienen trabajos
fijos. Entre sus personajes se encuentran los de toda región pequeña: el cura,
el herrero, el vendedor de abarrotes, la pulquería.
En
La Rumba, el autor hace una amplia
descripción de la iglesia, punto sumamente importante en la obra costumbrista, la
iglesia que luce tétrica, incluso le atribuye las características de una momia,
describe el ambiente del lugar en que se desarrollará la historia y los
escenarios, que como ya se sabe, la plaza es sucia y llena de basura. Es en
este lugar donde Micrós introduce a su protagonista, Remedios Vena, alías La
Rumba, hija del herrero, razón por la cual adquiere características poco
femeninas. En principio, la introducción al hecho de la novela recuerda otras
dos obras de comienzos similares: La
Regenta de Clarín y Misericordia de
Pérez Galdós.
El
texto se encuentra lleno de cuadros de costumbres, uno de los capítulos más
pintorescos es la descripción de la tienda de don Mauricio, triste y oscura de
día, pero de noche un centro de encuentro en donde la gente de La Rumba se
reunía a beber café, fumar, jugar ajedrez, platicar, comer, y comprar despensa.
Además, la obra es una manifestación lingüística notable, pues el habla de los
personajes es coloquial y convive con lenguas extranjeras: je ne seis pas, decía la Gogol. Macrós sitúa entre estos
personajes, importantes todos, el hecho principal de la narración. Remedios
consigue empleo en una sastrería, donde Cornichón la pretende, con quien
finalmente huye. Esto abre paso al desprecio del pueblo entero, incluyendo el
de su padre. Al paso del tiempo Cornichón le pierde el interés a La Rumba, y al
discutir se dispara un arma y muere quien antes la sedujera, es llevada a
juicio y liberada, aunque como único consuelo le reste la iglesia de La Rumba.
Es
entonces la obra, un interesante cuadro costumbrista, si bien, no tan grande
como el de Payno, pues no abarca todo lo que él, sí es una obra que representa
este movimiento estético.
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