Tanto en el primer sueño como en
el Divino Narciso las figuras mitológicas asociadas al espacio trasgresor de la
escritura son en su mayoría figuras femeninas que son perseguidas, castigadas
por las autoridades. La figura de Eco del divino Narciso interpreta y parodia
la historia del auto.
Las figuras femeninas que abundan
en el Narciso incluyen la figura de Eco, las personificaciones de la
“sinagoga”, la “Gentilidad “la “naturaleza humana” la “Gracia”, la “soberbia”,
la “música” y el símbolo de la fuente virginal.
La naturaleza humana es una
figura múltiple, fragmentada ya que representa diferentes pasajes del auto, la
ley Natural, el pueblo elegido y la humanidad caída. En el divino narciso
numerosas prefiguraciones del misterio de la inmaculada Concepción. El seno de
la virgen es el recinto de la historia de la salvación que procrea al verbo
divino y hace posible la mayor fineza divina. El seno de la virgen es por lo
tanto un espacio sagrado. La semejanza analógica de la naturaleza humana posibilita
el misterio eucarístico de la rendición.
En el divino Narciso, la alegoría
humana subvierte el modelo de referencialidad vertical de la alegoría. De esta
manera, el auto desenmascara el carácter arbitrario, temporal, interesado de la
alegoría que sustenta la retórica del auto oficial. Al alegorizar la
identificación entre alegoría divina y la alegoría humana, el divino narciso
representa la imposibilidad de afirmar el valor absoluto del dogma ortodoxo y
de la regla institucional.
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