sábado, 14 de septiembre de 2013

La mujer en el siglo XVII



Historia de la Monja Alférez narra la vida, aventuras y experiencias de Catalina de Erauso, una mujer que, como pocas, se atrevió a ir en contra de la sociedad de su época. Escapando del convento donde estaba recluida, la joven monja de quince años se hizo pasar por hombre para vivir como tal en América, realizando diversos trabajos y asaltos.
Ahora bien, aunque se dice que las ansias y curiosidad para conocer el mundo fueron sus principales motivos, no debemos dejar de lado la condición de la mujer en el siglo XVII.
Envuelta en una sociedad que le deja todo al hombre, la mujer se ve obligada a necesitarle para poder mantenerse y protegerse. Al ver que la sexualidad era reglamentada tanto por el Estado como por la Iglesia, y que la castidad es uno de los elementos del honor de las familias, la mujer se ve en la necesidad de protegerse.
Entonces, ¿a qué puede recurrir la mujer para esta protección? ¿Qué opciones tiene en esta sociedad que sólo permite la debida instrucción del varón? La respuesta se limita a dos opciones: el matrimonio o el convento,
Sin embargo, ambas formas de vida era limitadas. El matrimonio no tenía más función que la de procrear; la mujer se limitaba a obedecer al marido y encargarse de las labores del hogar. Se veía obligada a preservar las costumbres morales de España y el honor de la familia. La educación es informal; la lectura y la escritura son innecesarias para la mujer, su instrucción se limita a la enseñanza del catecismo, buenos modales y labores manuales como tejer, bordar o cocinar, se les enseña a administrar el hogar y a educar a los hijos según las costumbres peninsulares.
En cuanto al convento, significaba la renuncia a todo. Cuando la mujer optaba por tomar los hábitos, era necesario que se olvidara del mundo e incluso hasta de su familia, todo a fin de llevar la vida religiosa y profesar la religión. Sin embargo, esto no siempre era respetado, resultando en marcadas diferencias entre las monjas ricas que gozaban de sirvientas y las pobres que vivían en celdas sin ningún privilegio.

1 comentario:

  1. Interesante Alejandro, aunque habría que aclarar que esas opciones de las que estás escribiendo eran las que tenían las mujeres acomodadas o de la nobleza, que estadísticamente hablando, no eran mayoría. Había muchas más opciones, algunas que se acomodaban al esquema ideológico de la monarquía, pero otras, opuestas e irreconciliables. Cuando escribe: "aunque se dice que las ansias y curiosidad para conocer el mundo fueron sus principales motivos", ¿quién dice eso? Me hubiera gustado leer más tus opiniones del texto, y no tanto de temas cercanos pero externos.

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